Visualización artística de una estrella
próxima a un agujero negro súper-
masivo en la galaxia RX J1242-11.
La estrella literalmente se pulverizaría al
acercarse al agujero negro.
Un campo gravitatorio de estas características puede corresponder a un cuerpo de alta densidad (la densidad del mercurio es mucho mayor que la del agua) con una masa relativamente pequeña -como la del Sol o menor- que está condensada en un volumen mucho menor, o a un cuerpo de baja densidad con una masa muy grande, como una colección de millones de estrellas en el centro de una galaxia, de ahí que se crea que en el centro de la mayoría de las galaxias, entre ellas la Vía Láctea, haya agujeros negros supermasivos.
También es posible hallar la relación entre la masa y el radio de un agujero negro esférico teniendo en cuenta que la velocidad máxima que puede alcanzar un objeto, según la teoría de la relatividad, es la velocidad de la luz. Así podemos ver que si la Tierra pudiera ser comprimido hasta ser una esfera de 9 mm de radio se convertiría en un agujero negro.
MASA RADIO
1 Tierra (6 x 1024Kg) 9 mm
1 sol (2 x 1030 Kg) 2970 m
Gigante azul (25 soles) 75 Km
Núcleo galáctico (107 soles) 3 x 10e7 Km
Galaxia (1011 soles) 3 x 10e11Km
Tamaño que deberían tener distintos astros para actuar como agujeros negros.
Aparece así una superficie esférica alrededor del agujero negro en la cual el tiempo se detiene. Esta superficie esférica es el llamado horizonte de sucesos del agujero negro y es el límite en el que ninguna partícula, incluyendo la luz, puede escapar de la atracción del agujero negro.
En contra de lo que se pueda pensar, los agujeros negros no son eternos. Aunque no se escape ninguna radiación electromagnética, si que pueden hacerlo algunas partículas atómicas y subatómicas, denominada radiación de Hawking, por lo que la vida de un agujero negro es limitada.
Detección de Agujeros Negros dentro de la Vía Láctea
A través del movimiento de una estrella
se puede detectar la presencia de un agujero negro,
su fuerza de gravedad es tal que incluso a grandes distancias
puede influir en la órbita de planetas y estrellas.
En nuestra galaxia, La Vía Láctea, desde el año 1990 sabemos de evidencias de contar con un cohabitante agujero negro, ubicado a unos 300 años luz desde la Tierra; lo detectó el telescopio Sigma y por su magnitud se le llamó “el gran aniquilador”.
Otra de las formas de detectar los agujeros negros es mediante la radiación de Hawking que emiten, utilizando detectores de rayos X, ya que son fuentes de este tipo de radiación.
Recientemente se han descubierto pruebas concluyentes de la existencia de un inmenso agujero negro en el centro de la galaxia elíptica gigante M87, que se encuentra a unos 57 millones de años luz de la Tierra en la constelación de Virgo. Se estima que este agujero negro tiene una masa equivalente a la de 3.000 millones de soles, compactada en un espacio de unas 11 horas-luz de diámetro.
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